L´université, la mère oubliée, selon le professeur de philosophie Norbert Bilbeny

Tout juste lancé l'année académique 2016-17, le professeur d´éthique à l'université de Barcelone (UB), Norbert Bilbeny, affirmait dans le journal La Vanguardia (19 septembre 2016), « Il faut parler de l'université : notre mère oubliée. »

 

Selon ce barcelonais de 62 ans, qui croit au Tao et aux Evangiles, l'université est « l'âme máter, elle nous a formé, nous a ouvert des horizons et nous a donné l'autorisation d'exercer notre profession. Mais ensuite nous ne pensons plus à elle. Il s'agit là d'un défaut endémique à notre pays, de même que la non ponctualité ou la peur de parler anglais. Alors, quelque chose ne va plus. Si l'université a été la mère de notre âme ou l'intelligence adulte, pourquoi ne lui sommes-nous pas reconnai-ssants.

 

Il est difficile de trouver une généralisation plus vague. L'université ne forme pas les psychanalystes, ceci n'implique aucune incomp-atibilité entre cette grande institution et la psychanalyse. Permettez-moi rappeler que le côté théorique de la psychanalyse peut être étudié à l'université. Ce ne fut pas mon cas, bien que à cette époque il y avait une option dénommée Principes de la psychanalyse.

 

Le fait à souligner est qu´il n’existe pas de formation psychanalytique qui ne soit celle des formations de l’inconscient du futur psychanalyste, c’est à dire, des symptômes, parmi lesquels se trouve le désir d’être psychanalyste, et qui a comme condition sine qua non l’analyse du futur psychanalyste par un psychanalyste (psychanalyse en intension).

JANE GOODALL O LA DESAPARICIÓN DE LAS HUMANIDADES EN LA UdG

 

Que una Cátedra, como la Ferrater Mora de la Universidad de Girona, que se inscribe en lo que se ha dado en llamar Humanidades, dedique sus recursos económicos e intelectuales a ensalzar la etología, en lugar de investigar, enseñar y promover el interés entre los estudiantes por aquello que distingue radicalmente a los seres humanos de los animales (orden Simbólico, Cultura, Lenguaje humano) y que debiera constituir su objeto de estudio, muestra, entre otras cosas:

 

1-El declive de las Humanidades, que es por

 

2-la desorientación intelectual y la gravísima ignorancia de muchos profesores y Catedráticos, en el ámbito de las Humanidades, en relación con aquello que deberían conocer,

 

3-reforzado por la desidia y maldad de los políticos y periodistas, que promueven y cuentan, sin criterio, actos que nada aportan al progreso y bienestar de las personas.

 

4-Que la Universidad está a merced de la ideología del Amo Neoliberal y los intereses crematísticos en detrimento de la Epistemología.

 

30/05/2016

Jordi Fernández Carmona


LA DESAPARICIÓN DE LAS HUMANIDADES

 

Nada más lamentable que constatar que quienes tendrían que dignificar lo que se ha dado en llamar Humanidades, fracasan, una y otra vez, estrepitosamente.

 

En esta ocasión, ha sido el catedrático de Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona, Jordi Llovet, quien ha desaprovechado la oportunidad en su artículo del 22 de abril de 2016, titulado Nadie quiere a los filósofos, publicado en el País.

 

El planteamiento, el análisis y las soluciones aportadas por el conocido director de la edición española de las Obras Completas de Franz Kafka, son erróneas, confusas y desorientadoras. Todo hace pensar que si una persona interesada en estudiar Humanidades lee el artículo de Jordi LLovet, optará por estudiar cualquier otra cosa. Y es que el artículo contribuye a empeorar lo que sin duda, quiero pensarlo así, el profesor LLovet pretende resolver.

 

Sobre este asunto habría que explicar, en primer lugar, ¿qué es el ser humano y cómo se conforma la subjetividad?

Nicholas Tarrier, o del extravío teórico y la ingenuidad práctica de la terapia cognitivo conductual

 

 

Lo que da de sí una de las disciplinas que conforman el gran Otro sociocultural, maligno habitualmente y que en el caso que me ocupa corresponde al llamado campo de la salud psíquica y aun del desarrollo personal, como es el modelo de la terapia cognitivo conductual, está representado en esta ocasión por las ideas del psicólogo londinense Nicholas Tarrier.

 

Con sus 61 años, este profesor de terapia cognitivo conductual en la Universidad de Manchester y colaborador de la Societat Catalana de Recerca i Terapia del Comportament, defiende, quizá para sorpresa de propios y extraños, aunque no podía ser de otra manera dadas sus credenciales académicas, la antigua y trivial idea de que si uno cambia el modo de pensar cambia también su manera de actuar.  

 

Por el periodista Lluís Amiguet, quien lo entrevistó para «La Contra» de La Vanguardia («Cambie su modo de pensar y cambiará su modo de actuar», Jueves, 13 de septiembre de 2012), conocemos que pese a que los argumentos de este terapeuta son estrictamente racionales, no puede evitar...