Jane Goodall o de la desaparición de las Humanidades en la UdG

 Que una Cátedra, como la Ferrater Mora de la Universidad de Girona, que se inscribe en lo que se ha dado en llamar Humanidades, dedique sus recursos económicos e intelectuales a ensalzar la etología, en lugar de investigar, enseñar y promover el interés entre los estudiantes por aquello que distingue radicalmente a los seres humanos de los animales (orden Simbólico, Cultura, Lenguaje humano) y que debiera constituir su objeto de estudio, muestra, entre otras cosas:

 

1-El declive de las Humanidades, que es por

 

2-la desorientación intelectual y la gravísima ignorancia de muchos profesores y Catedráticos, en el ámbito de las Humanidades, en relación con aquello que deberían conocer,

 

3-reforzado por la desidia y maldad de los políticos y periodistas, que promueven y cuentan, sin criterio, actos que nada aportan al progreso y bienestar de las personas.

 

4-Que la Universidad está a merced de la ideología del Amo Neoliberal y los intereses crematísticos en detrimento de la Epistemología.

 

30/05/2016

Jordi Fernández Carmona

Jane Goodall, o cuando el amor a los chimpancés no deja ver al hombre

 

Invitada por la Cátedra Ferrater Mora de la Universidad de Girona, la primatóloga inglesa Jane Goodall no ha proporcionado otra cosa, en su conferencia del día 27 de mayo en el Palacio de Congresos de Girona, que su deseo de sensibilizar a los oyentes sobre la necesidad de «ayudar a las personas, a los animales y al medio ambiente». En realidad, esto ya es algo habitual en esta famosa investigadora por sus estudios sobre chimpancés en Tanzania.

 

«Lo que aprendía de los chimpancés» fue el título de la conferencia en Girona. Y a juzgar por lo que dijo, lo que aprendió esta etóloga fue poco, nada, en realidad, relativo a lo que Freud descubrió hace ya más de un siglo, esto es, que el orden Simbólico diferencia radicalmente al sujeto humano del resto de los animales.

 

Jane Goodall, a sus 82 años, está interesada desde hace varios años en cuestiones sociales y medioambientales, y recorre el mundo llevando mensajes que pocas personas dejarían de suscribir. Pero nada más, ninguna aportación a cuanto concierne al conocimiento de lo humano. Su amor a la etología es analizable en tanto que la conmina a afirmar algo tan erróneo como que «Es arrogante pensar que somos diferentes de los chimpancés.»

 

30/05/2016

El Estudiante de Les Àligues