Halloween o de la pérdida del relato en la posmodernidad

Una de las características de la posmodernidad es el auge de la imagen en detrimento de la palabra. Este fenómeno se constata con facilidad en muchos ámbitos. El cine, los medios de comunicación, la enseñanza o las relaciones interpersonales son algunos ejemplos en los que no resulta difícil reconocer este viraje de lo simbólico a lo imaginario propio de las sociedades posmodernas, cuya relación es directamente proporcional a la incorporación de los objetos científico-tecnológicos que oferta el mercado de consumo. Este declive de la palabra, subrayado por el Dr. Jacques Lacan en la presentación del discurso capitalista en la Universidad de Milán el año 1972 y que tantas cosas dilucida sobre la época en la que vivimos, lo presentó Laura del Águila en su último programa de radio Atzar (http://www.ulp-gi.com/la-cultura/atzar-programa-de-radio/), en el que analizó el postrer Nobel de Literatura otorgado a un músico, Robert Allen Zimmerman (en hebreo: שבתאי זיסל בן אברהם, Shabtai Zisl ben Avraham), popularmente conocido como Bob Dylan.

Halloween (contracción de All Hallows' Eve, 'Víspera de Todos los Santos'), también conocido como Noche de Brujas o Día de Brujas, que se celebra el 31 de octubre, no es ajeno al devenir de la cultura y la subjetividad. Esta singular fiesta, producto de la determinación inconsciente, como cualquier constructo creado por el ser humano, alcanzó fama internacional a principios de los años 80 del pasado siglo merced a la película de terror de serie B Halloween dirigida por John Carpenter el año 1978, y que ha tenido innumerables secuelas e imitaciones.

 

Las identificaciones que producen el cine y la televisión no han pasado inadvertidas por el capitalismo, que en su afán por vender no importa qué cosa, y en desorientar al consumidor para que no pueda cuestionar el posicionamiento subjetivo que el agente de ese discurso le otorga. Así es hasta el extremo de confundir en grado superlativo a las personas haciéndoles creer que son amos cuando son esclavos cuya plusvalía les pertenece menos que nunca a juzgar por el nivel de endeudamiento (España ha superado recientemente el 100% de deuda respecto a su PIB). Disfraces terroríficos, calabazas de todo tipo, maquillajes sofisticados, cursos de maquillaje, caramelos tenebrosos en forma de ojos y de otras fantasmagóricas formas, fiestas organizadas en lugares decorados para la ocasión…pero nada que haga pensar de dónde surge esta celebración, el sentido y función en su origen, y asimismo su evolución, tanto en lo que al relato como a dispersión geográfica se refiere.