Nostalgia, narcisismo, crimen y mentira en un divorcio político inesperado y lleno de incertezas:

Brexit gana a Remain

 

¿Cómo para fiarse de las casas de apuestas y de los estudios demoscópicos!

Lloran desconsolados los más jóvenes, ya no saben cuantas pintas llevan otros en el pub de siempre…, y la bolsa española, también por la victoria del Brexit en el referéndum del Reino Unido, con el Banco Santander a la cabeza, pierde de largo los 8000 puntos, mientras que la prima de riesgo española sigue contenida merced a la masiva compra de deuda por el Banco Central Europeo. Vamos, un desastre para muchos inesperado y que el futuro, como suele ser habitual, ilustrará de su magnitud.

Nostalgia narcisista y populismo de derechas

«Cualquier tiempo pasado fue mejor». En esta conocida sentencia superyoica se reconoce hoy Inglaterra, no la de la rica City, sino la de la periferia obrera, la de las personas que con el lema antieuropeo «Vote to Leave» (Vota por salir) se han abrazado a los que han mantenido viva la nostalgia de la diferencia imperialista. Todo parece indicar que el Otro en el que habitan no pocos ingleses les ha recordado épocas coloniales, tanto más porque el Peñón de Gibraltar (que por el Brexit entra en un nuevo proceso político), así como las Malvinas, cuentan poco a la hora de alimentar las pequeñas diferencias, como diría Freud. Este aspecto, entre otros, permite hablar de populismo de derechas sin necesidad de forzar las palabras. La derecha, una vez más, ha sabido convencer al inglés más perjudicado por otra derecha, la europea, que no ha sabido calcular los efectos de una arrogante prepotencia desvinculada de lo sociocultural. En suma, el referéndum inglés ha demostrado que la derecha del líder del partido conservador antieuropeo y antiinmigración, UKIP, Nogel Farage, de 53 años casado en segundas nupcias y padre de cuatro hijos, ha sabido ganarse a la gente más desfavorecida, entre ellos a no pocos laboristas, y a los ingleses que por una u otra razón se quieren diferentes del resto de los mortales.

Efectos de una mentira

Nigel Farage no se cansó de repetir en la campaña del Brexit que una salida de Reino Unido de la UE supondría hasta 350 millones de libras semanales, ingente cantidad de dinero que podría destinarse a la sanidad pública. Pero todo fue un error, si se quiere una mentira. El viernes 24 de junio, un día después del referéndum, Farage tuvo que rectificar, en una entrevista en ITV, lo que había aseverado: «Hacer aquella promesa fue un error.»

 

Cuando la muerte sirve para poco

En ocasiones los herederos se sirven del hacer del fallecido. No fue así en el malogrado caso de la diputada del Partido Laborista Jo Cox. A sus 41 años de edad, esta madre de dos hijos, era tiroteada y apuñalada a plena luz del día en Birstall, West Yorkshire, cuando se encontraba organizando un evento fuera de la biblioteca de esa ciudad, por Thomas Mair, vecino local de Birstall, al grito de «Britain first» (Gran Bretaña, primero).

 

David Cameron, o de la mala combinación entre la prepotencia y lo prometido

El líder del Partido Conservador y Primer Ministro del Reino Unido, cumplió lo que prometió en enero de 2013: convocar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE antes del 2016 si resultaba ganador de las elecciones de mayo de 2015, en las que se impuso finalmente. Pero Cameron cambio apenas cinco meses antes del referéndum las pestes sobre la Unión Europea por el liderazgo del proyecto europeo, y si a esto le sumamos la tibieza del mensaje a favor de Europa del líder laborista Jeremy Corbyn y las ambigüedades del exalcalde de Londres, Boris Johnson, se comprende que el Brexit ganase con el 51,9% de los votos.

 

Escocia y el Ulster quieren votar para abandonar el Reino Unido

La brecha no sólo está en Europa de los todavía 28 estados miembros, ahora 27. Gales e Inglaterra apoyaron el Brexit, mientras que Escocia e Irlanda del Norte hicieron suyas las consignas por la permanencia en la UE. Además, los nacionalistas escoceses reclaman un nuevo referéndum sobre la independencia. Por su parte, el líder del partido republicano irlandés Sinn Fein, Martin McGuinness, reclamaba, una vez conocida la victoria del Brexit, «que se dejara a la gente del Norte tener voz sobre su propio futuro». Huelga repetir el acierto de Freud al referirse a las «pequeñas diferencias.»

 

Y mientras tanto Le Pen no está sola

El líder holandés del partido de extrema derecha y antimusulmán PVV, Geert Wilders, ha pedido un referéndum sobre la permanencia de Holanda en la UE. «El jueves 23 de junio de 2016 pasará a la historia como el Día Británico de la Independencia. La élite eurófila ha sido vencida. El Reino Unido señala a Europa el camino del futuro y hacia la liberación. Es hora de un nuevo comienzo, en el que nos apoyemos sobre nuestra propia fuerza y soberanía. También en Holanda», apuntaba Wilders. El último país en unirse a la Unión Europea fue Croacia en 2013, y el primero en marcharse el Reino Unido. Y hay quien anhela la reunificación. Así es entre la República de Irlanda y el Ulster, aunque las tensiones podrían venir por los partidos republicanos y católicos que defienden la unificación y que apoyaron la permanencia en la UE. Nacionalismo contra globalización.

En fin, Churchill otra vez

«Amigos, sí, pero no formando parte de Europa», palabras de Winston Churchill que parecen imponerse en estos días. Y Cameron, que no se va hasta octubre, tampoco ayuda, sobremanera a los de siempre, a la gente más desfavorecida... pero el arrepentimiento es humano, y no sólo cristiano apostólico romano, y ya hoy, a dos días del referéndum, no pocos se llevan las manos a cabeza.

Girona, 24 de Junio de 2016

José Miguel Pueyo