Un psiquiatra existencial en las antípodas de la clínica psicoanalítica

Al ser desculpabilizado por un médico de la muerte de su padre, al contrario de lo que había hecho su madre, el joven Irvin Yalom quiso ser como aquel benevolente médico, por lo que estudio psiquiatría y comenzó su análisis. Pero como la psicoanalista lo escuchaba pero no se relacionaba con él, Yalom decidió crear una terapia basada en la cálida relación entre el terapeuta y el paciente. Una identificación a la benevolencia del médico y la necesidad de afecto hicieron de Irvin Yalom uno de los pioneros de la psiquiatría existencial. No inventó nada y comprendió menos los factores que estructuran la vida psíquica y el deseo, e incluso lo que es más grave para sus pacientes, como es contravenir la ética en la que se fundamenta una clínica que excluye el aprovechamiento de la transferencia. Como Sandor Ferenczi (1873-1933), todo indica que el ya octogenario Irvin Yalom nunca superó la desafección materna y la orfandad de padre, pero a diferencia del psicoanalista húngaro no tiene a Freud para buscar en él el beneplácito que posiblemente le negaron sus mayores.

 

Girona, 29 julio 2015

José Miguel Pueyo

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Kira Alier: Que interesante publicación! 

Resulta indignante e inadmisible la terrible falta de ética y los intereses económicos que ponen en juego la vida de seres humanos.

 

Creo que España es el primer país de la UE , donde se consumen mayor numero de antidepresivos. Quien o quienes son los culpables?,sin lugar a dudas los psiquiatras.

 

Ahora incluso los están recetando los médicos de familia en la sanidad publica. El problema es que al faltar psicólogos, se suple la terapia por los fármacos, sin advertir de sus indeseables efectos secundarios.

 

En algunas sociedades medicas privadas, no autorizan la visita al psicólogo, si uno no acude antes a la consulta de un psiquiatra, cuya única función consiste en entregarte una receta de un antidepresivo y otra de un ansiolitico. Después de varios meses y cuando la toxicidad de tu organismo ha llegado al limite, te deriva al psicólogo.

En los prospectos de dichos medicamentos, cuando hacen mención de los efectos secundarios, aparece "Incitación al suicidio", algo que desmienten los propios psiquiatras aconsejándote que no los leas.

 

Como siempre, agradezco tu interesante y útil publicación. Siempre es un placer leerte.

 

José Miguel Pueyo Cabo: Exactamente es como dices. Saludos cordiales Kira