De los extravíos de Girona novaCultura Salut (23-25 de setiembre de 2016)

organizado por Oncolliga Girona

Fracaso absoluto. No cabe mejor consideración cuando la falta de rigor va acompañada de déficits intelectuales y el aprovechamiento de la vertiente imaginaria de la transferencia que es la delegación de poderes a quien se le supone un saber y, por tanto, tiene algo útil que decir sobre una determinada materia. Me refiero a algunas de las actividades que conformaron el programa de Girona novaCultura de Salut, dirigido por Sylvia Miàs, y organizado por Oncolliga Girona, presidida por la Sra. Lluïssa Ferrer.

 

Sin duda ideas más acordes a los principios científicos contrastados merecen las personas afectadas por una enfermedad tan devastadora como el cáncer y sus familiares. Oncolliga manejó en 2015 un presupuesto de 602.597,72 euros, el 21% de los cuales en gastos administrativos y oficina, 8% en promoción y 4% en actos benéficos, según los datos por ellos facilitados, sin contar el capital humano, esto es los innumerables voluntarios que de buena fe han trabajado y trabajan para recaudar fondos por toda la geografía gironina, con la ilusión de prevenir y mejorar la calidad de vida de los afectados.

 

Deseamos que nuestro análisis contribuya a mejorar en los próximos años las propuestas de Oncolliga Girona y de Girona novaCultura Salut.

 

En este sentido, y siempre pensando en la salud de las personas, cabe suponer que los participantes de la Oncotrail, uno de los eventos que más dinero recauda para Oncolliga, que ha tenido lugar este pasado fin de semana 1 y 2 de octubre, y que consistía en correr 100 km. a pie, hayan pasado previamente las pruebas médicas pertinentes (analítica y prueba de esfuerzo, al menos), además de un control de la preparación física, para evitar en la medida de lo posible los problemas de salud que puede ocasionar una prueba con esa tremenda exigencia física, en personas con problemas cardiovasculares, o insuficiente fortaleza ósea, articular, tendinosa y/o muscular, entre otros órganos, como también advertir sobre el impacto negativo orgánico y neurofisiológico que incluso en personas con preparación este tipo de pruebas de ultra resistencia tienen.

En esta tercera edición de Girona novaCultura de Salut, el tema central de todas las actividades organizadas por Oncolliga, cuya finalidad es recaudar dinero para ayudar a los enfermos de cáncer, era la Conciencia, entendida, según explican los ideólogos del proyecto, como herramienta que nos ayuda a gestionar nuestros problemas vitales. El cáncer constituye una de las principales causas de mortalidad, pero en los últimos diez años, gracias a los avances en la cirugía y en la radioterapia, a la reducción de la toxicidad de la quimioterapia, a la aparición reciente de la inmunoterapia y al desarrollo de la medicina personalizada para cada tipo de tumor, merced al trabajo de investigadores y personal sanitario, ha posibilitado que Cataluña tenga actualmente una de las tasas de supervivencia más elevadas del mundo, pasando, según un estudio del Instituto Catalán de Oncología (ICO), transcurridos cinco años del diagnóstico, del 45% al 60% de enfermos de cáncer con vida.

La Sra. Lluïsa Ferrer y la sra. Sylvia Miàs presentaron Girona novaCultura de Salut como un acontecimiento concebido para reflexionar sobre las emociones y para ser conscientes, aspecto clave para, según opinan, conectar con la plenitud de nuestro ser espiritual y vivir una vida más saludable. Con el objetivo de ayudar a las personas, entre las que se encuentran enfermos de cáncer, las coordinadoras de este proyecto invitaron a una serie de personas que presentan como profesionales capaces de explicar qué es la conciencia y cómo potenciarla y gestionarla a fines preventivos y aún curativos.

 

En opinión de algunos de los asistentes a los eventos que tuvieron lugar en Girona entre el 23 y el 26 de setiembre, con los que los representantes de La Universidad Libre Popular de Girona han tenido ocasión de hablar, que para los afectados por el cáncer, ya sean enfermos, los familiares o amigos, hubiera sido mucho más beneficioso para su «espíritu», escuchar a algún prestigioso oncólogo explicando el estado de la cuestión, las investigaciones en curso para curar esta devastadora enfermedad, y las perspectivas de mejora con los tratamientos existentes, que escuchar discursos espiritualistas, como fue el caso de la conferencia-coloquio del filólogo Mario Satz, la trasnochada moralina que propuso la Catedrática emérita de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Comité de Bioética de Cataluña, la sra. Victoria Camps, que en nada contribuye a la mejora de la vida de las personas, o las propuestas más acordes con la posmodernidad, del Mindfulness y el Focusing.

La conferencia del filólogo Mario Satz tenía por objeto dilucidar qué era la conciencia a la luz de la cábala. El lugar que dio acogida al autor de El criador de luciérnagas, no fue otro que el Museo de Historia de los Judíos, uno de los lugares más emblemáticos de Girona. Quizá el ponente pensaba que venía a una localidad de provincias, en nada comparable con el Buenos Aires que lo vio nacer o con su Barcelona de acogida allá por el 1978 hasta hoy, y que no merecía la pena prepararse siquiera un guión, una estructura, un discurso elaborado para ofrecer algo digno de ser escuchado a las personas que asistieron a ese acto. Satz empezó su disertación antes del tiempo acordado porque, como dijo, tenía prisa por marcharse a las 20h15. Pero lo peor es que lo que esa tarde dijo podría resumirse en un ejercicio de libre asociación. El batiburrillo de ideas que presentó estaban cerca de un delirio existencial que en nada podían favorecer a nadie, menos aun a las personas con cáncer y a sus familiares. No olvidemos, en ese sentido, que era un evento organizado por Oncolliga, esto es, una fundación para la atención psico-social a personas con cáncer y sus familiares durante todo el proceso de la enfermedad.

Veámoslo sucintamente, esto es, analicemos las palabras de Mario Satz para poder tener una perspectiva más ajustada de su discurso.

 

Mario Satz: «El sentido del Tai chi es lentificar los movimientos, aprovechar más el oxígeno y así reducir la ansiedad [...] y llegar al estado de entusiasmo, que quiere decir tener a Dios adentro.»

 

Jordi Fernández: Señalar la etimología del término entusiasmo sin recorrer las concepciones del mismo (tener a Dios dentro de nosotros) en diferentes culturas y momentos históricos, por un lado, y por otro lado advertir en ese estudio comparativo la estructura subyacente que no es sin relación con la realidad psíquica, Realität en palabras de Freud, del que la experimenta, solo puede dar pie a la imaginarización. A esa ausencia de rigor epistemológico hay que añadir la falta de rigor ético. Tanto es así que aconsejar a una persona con ansiedad que lentifique sus movimientos para aprovechar mejor el oxígeno y así reducir la ansiedad, pueden provocar el efecto contrario, además de ocultar la causa de la ansiedad. Sugerir que aprovechando más el oxígeno llegaremos al entusiasmo, recuerda a la idea panteísta de la homoíosis, de hacerse Uno con el Otro, de formar parte del Todo, tan cara para Pitágoras de Samos, y que no denuncia otra cosa que el anhelo narcisista de volver, en palabras de Freud, a ese momento imaginario del abrazo con la mamá en la más tierna infancia, estrategia neurótica, utilizando las palabras del Dr. Lacan, destinada a evitar la castración del Otro (nombre lacaniano del inconsciente freudiano) y la suya propia.

Mario Satz: «En primer lugar uno debe saber qué es lo que tiene que buscar. Tiene que buscar un estado que lo calme. Tiene que buscar un estadio de su propia evolución en el cual se está por encima de los problemas.[...] Todo el trabajo que hace la gente que estudia esto es llegar a esta especie de liberación endorfínica, estadio de liberación emocional interior que lo conduzca a través de este encantamiento paulatino que lo conduciría a un estado de conciencia que sería el descubrimiento del amanecer de ese yo.»

Jordi Fernández: Quienes conocen qué es la antropología, la literatura, la religión o la filosofía saben que los hombres de todas las épocas han buscado-intentado alcanzar-encontrar el objeto causa del deseo. Me refiero al objeto a en álgebra lacaniana, objeto conceptualizado como agalma por los antiguos griegos o santo grial por los cristianos, y que para algunas personas de la posmodernidad coincide con el móvil, deseo que denuncia que el hombre de todas las épocas tolera mal lo que paradójicamente constituye su máximo bien, la castración simbólica, y la desalienación del Otro familiar y sociopolítico en el que todos, sin excepción, nos constituimos, salvo ser un enfant sauvage como el conocido Víctor de Aveyron. Tampoco está de más recordar que la criatura humana, por su prematuridad al nacer no solo necesita de alimento, pues en ausencia de alguien que lo quiera y le hable, morirá, como ocurrió en el trágico experimento de Federico II de Prusia, o en casos de graves privaciones afectivas en los primeros meses de vida, sufrirá deficiencias neurológicas irreversibles.

Mario Satz: «Yo soy muy heterodoxo. No creo solamente en la tradición judeocristiana. Creo que todas las tradiciones espirituales de la humanidad han señalado esto [...] buscar los enlaces [como el hierro-oxígeno] porque ese es el único camino a la tolerancia.»

Jordi Fernández: Si algo demuestra la historia de la humanidad es que las ideologías constituyen el mayor obstáculo al progreso intelectual y a la pacífica convivencia. Ese problema, lejos de resolverse con la heterodoxia y el eclecticismo no hace sino empeorar, porque redobla la desorientación que introduce en las personas cualquier ideología. Por otro lado, hubiera sido de agradecer que nos explicara que quería decir por tolerancia...porque si se refiere a que toleremos que los corruptos como Rodrigo Rato y la familia Pujol se salgan con la suya, tampoco estamos con él. Sobre esta importantísima cuestión, nada más recomendable que leer el libro del Dr. Pueyo La otra escena de la corrupción. Familia y sociedad en el destino personal: Jordi Pujol i Soley.

 

Mario Satz: «Ese es el camino [a la tolerancia] de Saturno, el Tiempo que nos ata, nos condiciona y limita, a lo atemporal, representado por el Sol [...] Cuando Buda se iluminó dio un salto cuántico de la Tierra al Sol, y desde entonces rota con el Sol alrededor de la Tierra. O sea, que para él siempre es de día. [...] Jesús dijo yo soy la luz del mundo. [...] Y como se señala en el Antiguo Testamento, El Mesías es el Sol de Justicia, el Sol de mediodía, que se caracteriza porque no hay sombras.»

Jordi Fernández: La pretensión de eliminar las sombras de las personas (la cara maligna y obscena del Superyó, por ejemplo) mediante la espiritualidad y sus afines procedimientos técnicos, no es sino una ilusión.

 

Mario Satz: «Todo esto que yo estoy comentando ahora que soy un abuelito de 72 años [...] no lo aprendí el primer día que abrí el primer libro, sino que fue muy gradual y todavía sigo en ese proceso de búsqueda y de entusiasmo con unas verdades que yo creo que conciernen a la naturaleza humana y a la relación profunda de esa naturaleza con lo que llamaríamos su propio sistema inmunológico, es decir, la capacidad de curarse a sí mismo, o estar por encima del dolor, por encima de la decrepitud, por encima de las dificultades.»

 

Jordi Fernández: Que el narcisismo obnubila el entendimiento se constata en la afirmación de que ha dedicado toda su vida a entender...lo que no reconoce, pues acaso, según su planteamiento, podría haber dicho que su proceso de búsqueda no ha sido fructífero, ya que todavía está buscando. Mario Satz no ha podido reconocer la causa del malestar estructural del ser humano, y lo que propone es tan imposible como patológico, con lo que denuncia, sin saberlo, el déficit que soporta, y que no es otro que el de la Función-del-Padre, déficit que a él lo ha dejado anclado en ese anhelo narcisista y en una gravísima desorientación intelectual.

 

Mario Satz: «Buda descubrió la triple verdad: los hombres envejecen, enferman y mueren. En ese sentido el budismo es bastante más profundo que la tradición judeocristiana. [...] ¿Qué puedo hacer? decía el Buda ante esa triple verdad. Puedo meditar. Puedo llegar a un estado de consciencia que esté por encima de todo eso.»

Jordi Fernández: Antes que Buda hubo hombres que sabían que las personas envejecen, enferman y mueren. No hace falta leer los papiros del Antiguo Egipto que han llegado hasta nosotros, aunque leerlos da argumentos fehacientes para contradecir esa desafortunada afirmación sin fundamento.

 

En este momento de su exposición Mario Satz nos entregó una fotocopia de un libro, en la que se se veían tres figuras de cabeza con trazos de dibujo en el interior. La primera con líneas caóticas.

 

Mario Satz: «Ese sería el inicio de la meditación» [...] «No solamente son palabras. Nosotros tenemos una sustancia química en el cerebro que se llama fósforo, portador de luz. [...] Cuando se hace la luz interior [....] que no depende de las drogas [...] sino del estudio y la meditación»

 

Jordi Fernández: El estudio y la meditación no garantizan nada. Como se sabe, Rodrigo Rato, aunque desgraciadamente podría citar a muchos otros, ha estudiado mucho y practicaba la meditación.

 

Mario Satz: «La diferencia entre el estudio y el ritual es que el ritual ocurre en el espacio y el estudio en el tiempo; el espacio se ve; el tiempo no se ve, pero se ve por sus efectos en el espacio. Por eso siempre es superior el estudio al ritual. [...] El estudio es mejor que el ritual porque la propensión del ritual es a la hipnosis. En la hipnosis me siento relajado pero no me siento del todo consciente. En cambio en el estudio y en la meditación yo siempre soy consciente. Y no solo eso porque yo veo como la realidad y el mundo va cambiando. [...] Todos estamos hechos de ritual y estudio. [...] A los adultos nos gusta más el estudio porque aunque es más difícil gratifica más.»

 

Jordi Fernández: Que Mario Satz soporta y transmite graves errores epistemológicos y clínicos parece probado. A la obviedad que desde la Filología, disciplina académica en la que se licenció, se puede afirmar ateniéndose a la definición del diccionario, se le contrapone la subversión del signo lingüístico saussurreano operada por Lacan, gracias a la cual se arroja luz al funcionamiento del lenguaje humano y a la primacía del significante sobre el significado. Mario Satz no advierte que para una persona, en función de su estructura psíquica, estudiar puede ser un ritual. Tampoco explicó qué entendía por ritual, qué rituales existen, si es lo mismo un ritual como el bautismo que una danza maorí, o el ritual de un tenista de tocarse el pelo y los pantalones de la misma manera antes de ejecutar el servicio. Hubiera sido aclaratorio también escuchar a qué responde un ritual determinado, cuál es su función en un determinado credo y cuáles son las distintas interpretaciones que existen en relación con estas cuestiones.

Mario Satz: «El corazón es el enchufe donde yo pongo los dedos de mi vida para iluminar mi cabeza, que es donde está la bombilla.»

 

Jordi Fernández: Desacertado es afirmar que los sentimientos iluminan la razón, cuando, por ejemplo, sabemos que los sentimientos de los nazis iluminaron sus razones para llevar a cabo el exterminio de seis millones de seres humanos.

 

Mario Satz: «El milagro es poder darse la vuelta como un guante, eso significa que el mundo exterior entra totalmente en nosotros y que el mundo interior sale totalmente hacia afuera; y en esa transacción, en ese movimiento el ser se convierte en una delicia porque yo no tengo que buscar nada...he sido encontrado por este conocimiento, y puedo relajarme y disfrutar unos minutos, que no es poca cosa»

 

Jordi Fernández: En magnífico trabajo para entender cuestiones cruciales del ser humano y qué es la cultura como es El malestar en la cultura, 1929 [1930], Freud utilizó la expresión «sentimiento oceánico» para dar cuenta de ese estado psíquico patológico de fusión con el Otro, estado que define momentos de la experiencia mística, pero también la embriaguez producida por algunos narcóticos. Pues bien, el oprobio al deseo es equiparable al goce, siempre narcisista por aspirar al más allá de este mundo y, por tanto, absoluto.

 

Mario Satz: «Los estadios son 3 como ya decía Juan de la Cruz: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva. [...] en la iluminación puedo ir la fuente de luz y reconocer una forma de salud, una forma de energía salutífera. [...] Buda dio un salto cuántico y se convirtió en el Sol. [...] y que podamos mirar la tierra desde el Sol y tener un punto de vista diferente de aquel limitado por la tierra, que sabemos que tiene sus cadenas, sus problemas y sobretodo su gravedad.»

Jordi Fernández: ¿Desconocía San Juan de la Cruz que esas 3 etapas eran su estrategia neurótica de curación de sus deseos edípicos, con lo que denunciaba así la posición subjetiva en la que el déficit de la Función-del-Padre lo dejó entrampado? Creo que sí. Por otra parte, la época que le tocó vivir al religioso y poeta místico del renacimiento español, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez (Fontiveros, Ávila, España, 24 de junio de 1542 – Úbeda, Jaén, 14 de diciembre de 1591), reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús, no había nacido Sigmund Freud (Príbor, 6 de mayo de 1856-Londres, 23 de septiembre de 1939), y menos aun Jacques-Marie Émile Lacan (París, 13 de abril de 1901-ibídem, 9 de septiembre de 1981), y, en consecuencia, no había más herramientas para tratar el sufrimiento psíquico que las que ofrecía el imaginario e ideológico discurso religioso.

 

Mario Satz: «...en el libro La leyenda dorada, que es la vida de los santos [...] santos y santas que  levitan, levitan quiere decir que pesan menos, porque han sido tocados por la gracia, y yo diría que en este estado de alegría uno pesa menos. Y al revés, en un estado de tragedia uno pesa más.»

 

Jordi Fernández: Desconozco si la balanza con la que Mario Satz había hecho la medición disponía de la tecnología de bioimpedancia, pero lo que queda claro es que por mediación de esa metáfora solo introduce la confusión sobre qué es la levitación, así como en qué consiste el estado psíquico que describió Santa Teresa de Jesús.

Mario Satz: «La luz interior refuerza el sistema inmunológico.»

 

Jordi Fernández: Esta afirmación del Sr. Mario Satz quizá sea la más grave de la conferencia. Lo es en tanto que pudo hacer creer que la meditación, el yoga o estudiando lo que él proponía una persona podría curarse del cáncer e incluso abandonar la terapia médica. Es conocido que el deseo de curación y los efectos secundarios de la quimioterapia pueden dar lugar a esa solución. Cosa distinta es que una enfermedad psíquica pueda debilitar el sistema inmunológico y, en consecuencia, hacer que esa persona sea más propensa a desarrollar enfermedades, incluso un cáncer.

 

Mario Satz: «Todo el misterio de los hombres de estudio es no desmembrar, no romper, sino completar, unir. Ese trabajo nos compete a todos.»

 

Jordi Fernández: Satz no cesa de redundar en su ideal narcisista de la completud, un ideal que de ser alcanzado sería la muerte del sujeto.

 

Mario Satz: «En todo organismo hay catabolismo, anabolismo y metabolismo. Catabolismo es todo lo que yo desecho, que yo no puedo asimilar. Anabolismo es la asimilación. Metabolismo es el equilibrio entre la digestión y la expulsión. Pues bien, la meditación es el metabolismo del espíritu.»

 

Jordi Fernández: En el discurso de los acólitos del espiritualismo no suelen faltar analogías científicas para mejor sugestionar al auditorio.

Momento de concluir

 

¿Podría ir peor la conferencia? Mario Satz tuvo a bien dar la palabra al público para que formulasen preguntas al final de su exposición. Tras dos preguntas de otros asistentes al evento, yo pregunté:

 

¿Me podría decir sr. Satz, pues no me ha quedado claro, cuál es su concepción del ser humano, y cuál es concretamente su propuesta para paliar el sufrimiento o incluso prevenir o curar una dolencia, también el cáncer? Y dado que usted ha citado con gran entusiasmo a Carl Gustav Jung, de quien ha dicho que era uno de los psicólogos, clínicos y escritores mayores del siglo XX, ¿qué le hace pensar tal cosa?

 

Quedé absolutamente sorprendido cuando el sr. Satz, muy contrariado, respondió bruscamente diciendo que él no era psicólogo ni psiquiatra, y lo que es peor, haciendo un ademán con su silla «si quieres dar tú la conferencia...»

 

Pues bien, si el sr. Satz quería decir que esas dos profesiones, psicólogo y psiquiatra, son las adecuadas para tratar las afecciones humanas, entonces ¿él qué es?, ¿para qué estaba allí dando una conferencia y loando a la espiritualidad? Por otro lado, si no conocía esas disciplinas, ¿en qué se fundamenta su opinión respecto a Jung? Se hizo evidente la falta de rigor epistemológico, ético y formal del invitado de Oncolliga. Añadió Mario Satz que él no juzgaba el buen hacer de Jung en función de lo que hizo en su vida privada, y que además, Freud también se acostó con su cuñada. La afirmación es gravísima porque, justamente, lo de Jung no se inscribe en su vida privada porque atañe a su práctica clínica, puesto que es por todos conocido que se acostó con Sabina Naftulovna Spielrein, degradando así no sólo su trabajo clínico, sino que perjudicando la imagen que muchas personas tienen del psicoanálisis. Por el contrario, lo de Freud no es más que un rumor lanzado con quién sabe qué oscura intención. Además, quién desconoce que Jung era filonazi.

El dr. José Miguel Pueyo, psicoanalista y presidente de la Escuela de Psicoanálisis de Girona, escuchó con estupor aquellos despropósitos y salidas de tono, y añadió que yo estaba preguntando, es más, que lo que había dicho era conocido por las personas que algo saben sobre los rudimentos de la historia del psicoanálisis y/o han visto la película Un método peligroso. Satz se contentó respondiendo que la película era tendenciosa. Sin embargo, el episodio no terminó ahí. Sylvia Miàs directora del proyecto Girona novaCultura de Salut, en lugar de continuar con el debate, salió en defensa de su invitado haciendo una intervención con la que tapar sus carencias, mientras Laura del Águila, directora del programa de radio Atzar estaba pidiendo por favor una respuesta a las preguntas en relación con la salud. Para mayor desacierto, la presidenta de Oncolliga Girona, la Sra. Lluïssa Ferrer, se acercó a nosotros, a Jordi Fernández y al Dr. Pueyo, y nos espetó que allí «se venía a escuchar, no a hacer preguntas.» Una actitud horrible, que contraviene toda disposición académica, y ajena a la propuesta del propio Mario Satz, quien había invitado a los asistentes a formular preguntas.

 

Girona, 26 de septiembre de 2016

Jordi Fernández

La reivindicación del escritor Gaspar Hernàndez de inoperantes e ideológicos principios

filosóficos y espirituales en el ámbito de la salud

Periodista y escritor, además de presentador del programa El oficio de vivir, de Cataluña Radio, Gaspar Hernàndez se encuentra entre los acólitos y portavoces de la idea de que «Hay otras medicinas que curan». Tales medicinas, según explica en su último libro, No soy de este mundo –curioso título para un autor que no deja de estarlo, al menos porque defiende reactualizaciones de trasnochadas ideas filosóficas, espirituales y del acervo de las llamadas terapias alternativas–, son la homeopatía, la medicina ayurvédica o las flores de Bach. Según Hernàndez estas terapias «Darían mucha riqueza a nuestro sistema de salud.»

 

Tales son las terapias, entre otras de esa misma naturaleza, para las que Hernàndez demanda dos cosas:

 

- que sean conocidas,

 

- y, por otra parte, que sean integradas en el sistema sanitario.

 

Esas terapias, como cualquier otra producción del sujeto humano, deben ser conocidas, cómo no. Y lo primero que de ellas debe ser conocido es que curan, en efecto, pero mayoritamente por sugestión. El primer y fundamental aspecto remarcable es que la estructura epistémica, clínica y ética de estas terapias es el efecto placebo demostrado por Freud:

 

- estas terapias producen efectos terapéuticos rápidos pero breves en el tiempo;

 

- impiden conocer las causas del trastorno que se trate;

 

- y promueven ideas imaginarias sobre las enfermedades y resistencias, que en ocasiones llegan al fanatismo, sobre los modos de prevenir y tratar las enfermedades y el malestar en general.

 

Estoy convencido, pero celebraría equivocarme, que Hernàndez obviará los descubrimientos psicoanalíticos al respecto, entre otros, que las emociones pueden producir enfermedades, como demostró Freud. De ser así, Hernàndez no hará sino incrementar los déficits intelectuales de la cultura de la postmodernidad en las jornadas Girona Nueva Cultura de Salud organizadas por Oncolliga, que, obviamente, de Nueva Cultura no tienen nada, absolutamente nada. (Tras presentar su libro, el escritor mantendrá, el sábado 24 de setiembre a la siete de la tarde, una conversación con la psicóloga Eva Juan Linares en el Museo de Arqueología de Cataluña, en el monasterio de Sant Pera de Galligants, de Girona).

Yo no soy de los que proscriben las terapias alternativas y tampoco la medicina alopática, pero la práctica psicoanalítica me advierte cada día que a la estructura primaria de la enfermedad se añaden a menudo los prejuicios de los terapeutas alternativos y alopáticos, y se añaden en forma de resistencias de las personas que llaman a nuestra puerta para comenzar un psicoanálisis.

 

Es más, a los prejuicios clínicos se suma la desorientación intelectual de esas mismas personas, desorientación provocada por los discursos de sus antiguos terapeutas, gurús, maestros y, cómo no, por la lectura de libros llamados de autoayuda. Y es que no pocas personas, por su dolor y desesperación, son presa fácil de recomendaciones terapéuticas inoperantes. Baste indicar aquí uno de los principios ideológicos que repite el mismo Hernàndez: «lo que está demostrando la ciencia, y que es el mismo que sostienen las grandes tradiciones religiosas y espirituales, es que no hay cuerpos individuales sino una unidad de fondo. Todos somos uno y todos nos afectamos más de lo que pensamos». Lo que no dice Hernàndez es que está defendiendo el panteísmo más ranció, el que inauguró el filósofo Pitágoras de Samos en el siglo V antes de nuestra era, un principio sin ningún resultado beneficioso para la salud física-psíquica-y moral, y que ha sido resucitado, para más inri, por algunos físicos que se llenan la boca con la espiritual ideología cuántica.

 

A la antiquísima idea filosófica de todos somos uno, Hernàndez agrega el principio ingenuo y absolutamente superado de la ética kantiana, «Desde esta concepción de unidad, no haces al otro lo que no querrías para ti».

 

Pues bien, «despertar de la conciencia» se concreta en lo que acabo de presentar, en absoluto en lo que afirma y aconseja Gaspar Hernàndez, que más bien consiste en ocultar la verdad sobre lo que es el sujeto humano y las causas de sus enfermedades mediante un discurso huero y que apela a los sentimientos de las personas desorientadas y sufrientes, todo ello, consciente o inconscientemente, imponiendo un discurso del amo edulcorado con las palabras del diccionario humanista.

 

Girona, 24 de setiembre de 2016

José Miguel Pueyo, psicoanalista