La desaparición de las Humanidades

Nada más lamentable que constatar que quienes tendrían que dignificar lo que se ha dado en llamar Humanidades, fracasan, una y otra vez, estrepitosamente.

 

En esta ocasión, ha sido el catedrático de Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona, Jordi Llovet, quien ha desaprovechado la oportunidad en su artículo del 22 de abril de 2016, titulado Nadie quiere a los filósofos, publicado en el País.

 

El planteamiento, el análisis y las soluciones aportadas por el conocido director de la edición española de las Obras Completas de Franz Kafka, son erróneas, confusas y desorientadoras. Todo hace pensar que si una persona interesada en estudiar Humanidades lee el artículo de Jordi LLovet, optará por estudiar cualquier otra cosa. Y es que el artículo contribuye a empeorar lo que sin duda, quiero pensarlo así, el profesor LLovet pretende resolver.

Sobre este asunto habría que explicar, en primer lugar, ¿qué es el ser humano y cómo se conforma la subjetividad? En segundo lugar, ¿qué es la cultura?, entendida, lo adelanto aquí, como las producciones del a-ser (sujeto humano) para intentar paliar su infortunio estructural, producciones entre las que se encuentra la filosofía (sobre todo la Filosofía práctica) y las religiones. En tercer lugar, habría que plantear un nuevo paradigma epistemológico en las Humanidades. En cuarto lugar, cabría denunciar a la cohorte de catedráticos, profesores y políticos que han degradado la Universidad, más si cabe las Facultades de Letras, de Filosofía, de Teología, de Psicología, de Sociología, de Educación, de Derecho, de Antropología, etc., y cómo no, la estructuración de la Universidad. Habría que presentar también la pésima configuración de los programas académicos; la organización de conferencias y seminarios en la Universidad, que en ocasiones sólo sirven para beneficiar a los amigos, impidiendo participar en los mismos a otras personas que han trabajado los temas tratados, lo que sin duda contribuiría a democratizar y enriquecer el debate académico. Son igualmente conocidos los premios que reciben no pocos becarios, como es lograr una plaza de profesor para quien se supone que no pondrá en cuestión el funcionamiento de la Universidad. Tampoco estaría de más advertir la connivencia de intelectuales y periodistas con la corrupción intelectual, que, como no se cansaba de repetir el psicoanalista Jacques Lacan, constituye la peor de las corrupciones. Y, por supuesto, más allá del nepotismo universitario, habría que destacar la incidencia de la Universidad en los gustos de la sociedad hipermoderna, presidida por el discurso Capitalista, que presentó Jacques Lacan en la Universidad de Milán el año 1972, así como la transición a la época transhumana y neohumana, y la ética en el desarrollo científico-tecnológico.

Todo ello, sin duda, pondría al descubierto que al Amo neoliberal, pero no menos a otros ideólogos, les interesa que desaparezcan las Humanidades. Se trata de un perverso deseo que los ideólogos tratan de ocultar con ideas y objetos (gadgets de nuestra época), y con informaciones falaces, lo cual promueve el consumo acrítico.

 

En resumen, todo ello impide cuestionar a las estructuras de poder y ver el sentido último de la apropiación de la plusvalía, hasta el extremo de que muchas de las personas siguen alimentando lo que pretenden criticar.

Como viene explicando el psicoanalista Dr. Pueyo, pues insistió en ello en su conferencia, Sentido y génesis de la felicidad, pronunciada en la Casa de Cultura de Girona el pasado 21 de abril, si al ser humano le quitan las palabras de la filosofía y las de la religión, por ejemplo, le estamos quitando la posibilidad de poder hablar, de cuestionarse y cuestionar el mundo, y por tanto, se crea así a un esclavo que estará a merced de los designios del Capitalismo, o en su caso más extremo, se puede crear a un fundamentalista del goce que con tres palabras puede llegar a producir grandes desastres. Podemos añadir que convendría analizar a ese Amo Absoluto que es el inconsciente para que no dé los problemas que suele dar, como podemos verificar cada día en los medios de comunicación. (Me refiero a la lacra social de la corrupción).

Nada mejor, sin duda, que recomendar la lectura del último libro del Dr. José Miguel Pueyo La otra escena de la corrupciónFamilia y sociedad en el destino personal: Jordi Pujol i Soley (Psimática, 2015), para empezar a hacer algo ética e intelectualemente adecuado con los síntomas de nuestra época, y salvaguardar así la dignidad del ser humano, por tanto, para estar precavidos ante la canallada del Otro social, cultural y político, y para advertir, también, la importancia (causa, sentido y función) de las producciones de los hombres de todos las épocas, como sin duda es la filosofía, así como el valor de las disciplinas que deberían articularse con las tradicionales disciplinas humanísticas.

 

Girona, 24 de abril de 2016

Jordi Fernández