Que el paleontólogo arriesgue su prestigio científico al pretender saber de lo esencial y singular del sujeto humano, es algo que no parece preocupar a Juan Luis Arsuaga. Y es que a la levedad intelectual que delata el no poder ir más allá del orden de los «gustos humanos…, del blanco de los ojos, por el que se conoce a quién miramos y la capacidad de ponernos colorados,… o de nuestra buena puntería», este catedrático de la Universidad Complutense de Madrid agrega el error, -al margen de incidir en lo genético en detrimento de lo ambiental y cultural-, basado en conjeturas de R. Alexander y de E. Wlison, y en una suerte de revival del zóon politikon de Aristóteles, de que el hombre tiene «una inteligencia social», cuando, por el contrario, la pulsión es a-social, mientras que el inconsciente es político porque se nutre de identificaciones que le vienen del Otro social.

Girona, 22/03/2013

José Miguel Pueyo