Las imaginarias y gravemente tóxicas ideas del psiquiatra Claudio Naranjo

Desde la ULP-Gi (Universidad Libre Popular de Girona) y La Escuela de Psicoanálisis de Girona denunciamos sin paliativos las imaginarias virtudes atribuidas a las sustancias psicodélicas en el campo de la salud psíquica. Cualquier persona que padezca una adicción puede encontrar en las imaginarias recomendaciones de Claudio Naranjo la coartada ideal para continuar con su adicción a las drogas, lo que supondría un gran daño para él, en primer lugar por abortamiento del tratamiento que verdaderamente lo liberaría de cualquier adicción, y menos aún de una neurosis o una psicosis, y, en segundo lugar, por los adversos efectos físicos, cognitivos, volitivos e intelectuales que el consumo de las sustancias que Claudio Naranjo tan irresponsablemente alaba y propone. Por otro lado, no se puede comprender que noticias de este talante tan tóxico aparezcan en una publicación tan respetable como La Vanguardia a fecha de 21/10/2016.

 

¿Qué pueden decir al respecto la delegación del Gobierno para el plan nacional sobre drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y asociaciones como FAD, cuya Presidencia de Honor ostenta Su Majestad La Reina doña Letizia, y tiene como misión fundamental la prevención del consumo de drogas y otras conductas de riesgo que impidan o dificulten el desarrollo personal y social de los adolescentes; o la UNAD, la mayor ONG de Europa dedicada a las drogodependencias...

De los extravíos de Girona novaCultura Salut (23-25 de setiembre de 2016) organizado por

Oncolliga Girona

Fracaso absoluto. No cabe mejor consideración cuando la falta de rigor va acompañada de déficits intelectuales y el aprovechamiento de la vertiente imaginaria de la transferencia que es la delegación de poderes a quien se le supone un saber y, por tanto, tiene algo útil que decir sobre una determinada materia. Me refiero a algunas de las actividades que conformaron el programa de Girona novaCultura de Salut, dirigido por Sylvia Miàs, y organizado por Oncolliga Girona, presidida por la Sra. Lluïssa Ferrer.

 

Sin duda ideas más acordes a los principios científicos contrastados merecen las personas afectadas por una enfermedad tan devastadora como el cáncer y sus familiares. Oncolliga manejó en 2015 un presupuesto de 602.597,72 euros, el 21% de los cuales en gastos administrativos y oficina, 8% en promoción y 4% en actos benéficos, según los datos por ellos facilitados, sin contar el capital humano, esto es los innumerables voluntarios que de buena fe han trabajado y trabajan para recaudar fondos por toda la geografía gironina, con la ilusión de prevenir y mejorar la calidad de vida de los afectados.

 

Deseamos que nuestro análisis contribuya a mejorar en los próximos años las propuestas de Oncolliga Girona y de Girona novaCultura Salut.

 

En este sentido, y siempre pensando en la salud de las personas, cabe suponer que los participantes de la Oncotrail, uno de los eventos que más dinero recauda para Oncolliga, que ha tenido lugar este pasado fin de semana 1 y 2 de octubre, y que consistía en correr 100 km. a pie, hayan pasado previamente las pruebas médicas pertinentes (analítica y prueba de esfuerzo, al menos), además de un control de la preparación física, para evitar en la medida de lo posible los problemas de salud que puede ocasionar una prueba con esa tremenda exigencia física, en personas con problemas cardiovasculares, o insuficiente fortaleza ósea, articular, tendinosa y/o muscular, entre otros órganos, como también advertir sobre el impacto negativo orgánico y neurofisiológico que incluso en personas con preparación este tipo de pruebas de ultra resistencia tienen.

La reivindicación del escritor Gaspar Hernàndez de inoperantes e ideológicos principios filosóficos y espirituales en el ámbito de la salud

 Periodista y escritor, además de presentador del programa El oficio de vivir, de Cataluña Radio, Gaspar Hernàndez se encuentra entre los acólitos y portavoces de la idea de que «Hay otras medicinas que curan». Tales medicinas, según explica en su último libro, No soy de este mundo –curioso título para un autor que no deja de estarlo, al menos porque defiende reactualizaciones de trasnochadas ideas filosóficas, espirituales y del acervo de las llamadas terapias alternativas–, son la homeopatía, la medicina ayurvédica o las flores de Bach. Según Hernàndez estas terapias «Darían mucha riqueza a nuestro sistema de salud.»

 

Tales son las terapias, entre otras de esa misma naturaleza, para las que Hernàndez demanda dos cosas:

 

- que sean conocidas,

 

- y, por otra parte, que sean integradas en el sistema sanitario.

 

Esas terapias, como cualquier otra producción del sujeto humano, deben ser conocidas, cómo no. Y lo primero que de ellas debe ser conocido es que curan, en efecto, pero mayoritamente por sugestión. El primer y fundamental aspecto remarcable es que la estructura epistémica, clínica y ética de estas terapias es el efecto placebo demostrado por Freud:

 

Remedios para el amor según el cognitivismo conductual del terapeuta de pareja Walter Riso

 

Al leer «Mi amor tiene edad: fue la coca-cola de adolescente, hoy el gran reserva», lo primero que a uno de mis analizantes le vino a la cabeza es que las cosas no pintaban demasiado bien para el psicólogo Walter Riso. Desconocía, empero, que no sólo era así porque este clínico oriundo de Nápoles y afincado en Barcelona había mostrado públicamente esa intimista inclinación.

Los psicoanalistas, del mismo modo que desconfiamos de la intuición, sin excepción nos interesan las asociaciones que suelen provocar los excitantes mencionados así como las ideas que proceden de la abstemia más absoluta. Y no reparamos menos en lo que dicen las personas que siguen ubicadas en el tiempo en el que se creía que el sujeto humano se agotaba en el Yo consciente y en los neurotransmisores y en los genes; así como en el discurso de los que creen que todo lo que hace y desea el hombre puede recogerse en la fenomenología descriptiva de las conductas o plasmarse en pruebas diagnósticas como las de contraste yodado intravenoso; o en el de los que afirman que en las pastillas y en la identificación del paciente con los ideales del terapeuta reside la curación de todos los malestares. Algo al menos de esta línea teórica y práctica, tanto como de la superada ética del ser y el deber, se advierte en el trabajo que sucintamente hoy me propongo comentar.

 

Se trata del último libro de una serie sobre la felicidad y el amor que el mencionado terapeuta de orientación cognitivo conductual Walter Riso ha tenido a bien titular Manual para no morir de amor. Diez principios de supervivencia afectiva. Editorial Planeta/Zenith. Barcelona, 2011. Algunas ideas de entidad semejante a las que conforman este trabajo se encuentran en la entrevista que Lluís Amiguet («La Contra» de La Vanguardia, martes 24 de mayo de 2011) hizo al autor con ocasión de la aparición de su decálogo.