Las causas de la delincuencia
Son conocidas las causas endógenas de la criminalidad. Esto es, genéticas y neurofisiológicas, así como cognitivas. Por ejemplo, alteraciones cromosómicas (malformación cromosómica, XYY); cerebrales (lesiones en el córtex prefrontal y el caudado), desequilibrios de un neurotransmisor (necesidad de dopamina en el delincuente), y la criminalidad como respuesta a la amenaza y a la frustración. Y no es menos conocido que existen delincuentes, -en su mayoría-, que no lo son por esas causas. Lo saben los mismos neurofisiólogos, desde Erik Kandel a Antonio Damasio pasando por Pierre Magistretti. Pero esto ya lo había dicho Freud. Es más, Freud advierte que existen «delincuentes por sentimiento de culpa», y recordaba que Nietzsche hablaba de ese aspecto cuando Zaratrustra se refiere al «pálido delincuente». Por consiguiente, no hay debate, tampoco contradicción, a no ser para las personas desinformadas y/o los aprovechados ideólogos.
Girona, 27/03/2013
El Obispo de las Moscas
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