El decano de la Facultad de Medicina de la UdG: camino al psicoanalista
Desconozco si el Sr. Joan San Molina, neurocirujano, decano de la Facultad de Medicina de la UdG y profesor de anatomía humana en mi querida ciudad, camina una hora al día como propone, pero de ser así, claro está que no le ha servido para ir más allá en su concepción del ser humano que la que ya tenían los antiguos egipcios, concepción recogida en papiros médicos que han llegado hasta nosotros como el Papiro Ebers, el Papiro de Kahun, el Papiro Calsberg nº VIII, los Papiros Ramesseum nº III, nº IV y nº V, el Papiro Hearst, el Papiro de Berlín nº 13602, el Papiro médico de Londres, los Papiros mágicos de Leyde o el Papiro médico-mágico del Museo de Budapest.
Lo que si debo suponer es que este profesor de la UdG no tiene ningún interés por conocer qué ha descubierto el Psicoanálisis acerca del sujeto humano desde que Freud iniciara su práctica clínica a finales del siglo XIX, y la aportación decisiva que hiciera Jacques Lacan en el curso de su enseñanza para formalizar y mejor transmitir los descubrimientos psicoanalíticos. A esta grave deficiencia epistemológica, y que sin duda transmite a sus alumnos, hay que añadirle el desdén por la cultura, ya que hace 16 años que se publicó el primer libro del psicoanalista gironí y Presidente de la Escuela de Psicoanálisis de Girona, el Dr. José Miguel Pueyo, La histeria. Del discurso del amo al discurso del psicoanalista. Esta obra magna recoge, en su primer capítulo, las cuestiones fundamentales en relación con la producción de saber de los antiguos egipcios, para desde ahí recorrer todas las épocas históricas hasta llegar al cambio de paradigma epistemológico que el psicoanálisis introduce en la historia del saber acerca de qué es el sujeto humano y el sentido y función de sus producciones (Cultura), diferencia entre fenomenología y estructura que el Dr. José Miguel Pueyo Cabo explica magistralmente en su magnífico libro La otra escena de la corrupción. Familia y sociedad en el destino personal: Jordi Pujol i Soley (2015).
Decir que un poco de ejercicio aeróbico suave como el caminar contribuye a la mejora cardiovascular y al mantenimiento del tono muscular de las extremidades inferiores es algo que sabe todo el mundo y que bien hace en recordar el decano de la Facultad de Medicina de la UdG. El problema empieza cuando este profesor de anatomía introduce su ideología y cosmovisión, pues además de demostrar que ignora qué las determina, desconoce algo más grave aún como que desde ahí introduce la desorientación intelectual, la sugestión más deplorable, la moralina más trasnochada y la identificación a lo que puede constituir causa del malestar, o las más graves psicopatologías, del sujeto, que, sobra decir, no van a solucionarse con unas caminatas.
Si realmente el Sr. Joan San Molina quiere el bien de las personas que lo escuchan, entre las que se encuentran sus estudiantes, nada mejor que este profesor caminara un poco, pero para ir a la consulta del psicoanalista, lugar donde podría desalienarse de los significantes amo (S1) que determinan su pensamiento y que lo mantienen anclado a un tenebroso pasado de la humanidad.
Girona 21/06/2016
Jordi Fernández
DEBATE EN TORNO AL ARTÍCULO "EL DECANO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UDG: DE CAMINO AL PSICOANALISTA
Dr. Joan San Molina: Muy agradecido por sus "particulares consideraciones" que por supuesto tendré presentes.
Jordi Fernandez Carmona: Le agradezco su comentario Sr. Joan San Molina. Porque justamente se trata de lo particular en Psicoanálisis, ya que solo desde la escucha de lo singular del sujeto puede abordarse, como usted sin duda conoce, cualquier trastorno psíquico y el malestar que lo acompaña.
Es así porque el sujeto humano, lo que es y todas sus producciones dependen fundamentalmente, y más allá de la genética, del ámbito familiar y social en el que se constituye. Aspecto este siempre remarcable desde Freud, y por quienes en la clínica, en la vida social y la política seguimos la enseñanza del Dr. Jacques Lacan
Dr. Joan San Molina: No siempre hay quien piensa que mis comentarios sean acertados. Aquí en teniu una mostra. Vosaltres mateix@s. (comentario en su muro y el link de mi artículo en Facebook)
Rosa Cuenca: (dirigit al Dr. Joan San Molina) No veass no!!! Et deixa fi!! Es nota que no et coneix. 😘
Jordi Fernandez Carmona: Estimada Rosa Cuenca,
En mi artículo explico lo que he analizado de la entrevista que le hacen al decano de la Facultad de Medicina de Girona, lo que he leído de lo que él afirma. En el ámbito del conocimiento se trata de interrogar cualquier saber (en este caso lo que dice el entrevistado) desde la duda metódica que debería presidir cualquier lectura. Si nos quedamos en el plano del amor-peloteo, o del odio-insulto no superaremos tampoco la tercera de las pasiones del Yo que es la ignorancia (de por qué somos como somos, deseamos lo que deseamos, pensamos lo que pensamos y decimos lo que decimos, en primer lugar).
Un saludo afectuoso y espero verte en alguna de las conferencias, presentaciones de libros, etc que organizamos desde La Escuela de Psicoanálisis de Girona.
Monica Palli Vert: Jordi Fernandez Carmona me da la sensación de que sabes mucho porque la verdad es que no he entendido nada de lo que dices, caminar parece más fácil para una ignorante como yo, aunque todo depende de como se camine el camino. Entonces, perdón, que me he perdido, tú como lo andas?? Como un egipcio o cómo?? I Sr. San vostè què collons els hi explica als seus alumnes?? Porti'ls a caminar amb en Jordi, segur que els hi va bé!!
José Miguel Pueyo Cabo: Buenos días Mónica. Me permito conjeturar que te excedes en la modestia respecto a la ignorancia que te atribuyes. Sea como fuere, estoy convencido de que el doctor Joan San Molina trasmite conocimientos neurológicos no menores a sus alumnos, pero otra cosa es su opinión, al menos las difundidas en el diari Ara respecto a los beneficios de caminar, de los que, por otra parte, nadie dudaría, así como acerca de qué es el sujeto humano, los ideales pedagógicos y la felicidad.
1º) La existencia de un cerebro cognitivo y otro emocional, aspecto al que se refiere en doctor San Molina, siendo cierta, recuerda demasiado al obsoleto orden frenológico y cabe matizarla también para evitar dicotomías cartesianas.
2º) Considero más grave la creación de metáforas que en modo alguno ayudan a comprenden el aparato psíquico. Me refiero a entender el cerebro humano como una orquesta, con un director y unas partituras. La crítica a la que en esta ocasión se ofrece el doctor San Molina radica en obviar la conceptualización rigurosa y precisa del aparato psíquico por Freud, aspecto clínico que remarcaron personas tan pocos sospechosas de partidismo como el doctor Eric Kandel. Así, por ejemplo, el director del cerebro lejos de ser el miedo, como afirma el doctor San Molina, es el inconsciente y de modo más concreto nada se entiende, también en cuanto a los síntomas y a todas las producciones humanas, sin el objeto «petit a», (Lacan), dado que es la falta la causa y el sostén del deseo, o sea, de perseguir-trabajar en pos de lo que nunca podremos alcanzar por estar perdido para siempre.
3º) Todo el mundo sabe que el sujeto humano se conforma en los primeros años de su vida (el doctor San Molina habla de los 0 a los 7 años de edad). Es decir, lo que una persona es, más allá de la genética, lo es (hace lo que hace y desea lo que desea) por la relación que tuvo con su entorno familiar y social. Habría que subrayar que ese entorno es el Otro familiar y el Otro social, ámbitos del lenguaje atravesados de deseos, y que el sujeto humano es fundamentalmente la respuesta a los influjos de esos ámbitos.
4º) Según el doctor San Molina, el niño precisa para su óptimo desarrollo, caricias. Sin duda es así, pero no fundamentalmente. Lo que todos necesitamos, en primer lugar y ante todo es que nos hablen, oír el lenguaje humano. (La trágica experiencia del rey Federico II de Hohenstanfen, 1194-1250, lo demostró antes que el niño salvaje de l’Aveyron). Nadie duda de que la sobreprotección puede tener efectos negativos, pero nada asegura «hacer entrar al niño en la tienda para que pida alguna cosa», como aconseja el doctor San Molina, respecto a la futura autonomía y modo de ser en el mundo.
5º) En cuanto a los objetos tecnológicos, como el móvil y otros gadgets de la hipermodernidad, más que demonizarlos cabría entender, si se desea que el sujeto supere sus efectos tóxicos, la causa de su preeminencia y el papel del discurso político en la formación de la subjetividad.
6º) Señalaré, para concluir, que si la felicidad es la harmonía entre lo que uno piensa, dice y hace, como afirma el doctor San Molina, que decir entonces de un yihadista, por ejemplo, pues esta persona sí que está en harmonía entre lo que piensa, dice y hace.
Saludos cordiales. José Miguel Pueyo Cabo
Monica Palli: Tengo que darte toda la razón en lo de la modestia y las gracias por molestarte a responder. El terreno, veo que es muy peligroso. Una mala mañana la tiene cualquiera.
Jordi Fernandez Carmona: Suscribo las palabras del Dr. José Miguel Pueyo Cabo, y espero que sirvan para clarificar la cuestión que estamos analizando y debatiendo. Un saludo cordial Monica Palli
Rosa Biarnés: Antonio Damasio también utiliza la metáfora de una orquesta y un director -el yo- que es creado por la interpretación, y no al revés. De este autor me parece interesante la idea de que los estímulos internos y externos son "representados", en las regiones de la corteza cerebral, en forma de mapas, que aportan imágenes a la mente. Si lo entiendo bien, está hablando de "representaciones" que no son lingüísticas. Creo que es un pensamiento a tener en cuenta.
José Miguel Pueyo Cabo: Sí claro, Rosa. Pero Damasio no dice exactamente que el Yo es director de la vida. El Yo, desde Freud, si se desea la conciencia, en suma, lo que una persona es, desea y hace, está determinado por el inconsciente, por una instancia psíquica de la que esa misma persona nada sabe pero que no por eso rige menos su vida. El Yo es una defensa, una resistencia y ligado al narcisismo es una instancia psíquica cara para el sujeto. Damasio habla de representaciones que son no lingüísticas, pero no se ha preguntado qué sería si nadie pudiera describirlas, relatar con palabra, ¿cómo sabríamos de ellas? Damasio no llega a entender el valor de lo Simbólico (lenguaje), por tanto, desconoce que lo Simbólico hace a lo Real (incluso a la realidad) y a lo Imaginario (el cuerpo).
Rosa Biarnés: Sí, a mí también me ha parecido que a Damasio le falta hablar más del lenguaje. Sin embargo, creo que su pensamiento y el psicoanálisis se podrían complementar fácilmente. No veo ninguna contradicción en ello. Tal vez, con la cooperación, el pensamiento avanzaría más. Creo que usted, en una ocasión, compartió un artículo que hablaba de articulación entre psicoanálisis y neurociencia.
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