La cara desorientación de la Emory University de Atlanta
¿Cuánto cuesta crear y mantener instituciones como la Emory University de Atlanta? ¿Tan difícil es advertir lo que el Psicoanálisis descubre, para hacer así algo mejor que lo que el profesor Frans de Waal hace como es fastidiar la inteligencia de todos los estudiantes que han confiado en su persona y enseñanza?
Lamentablemente, si uno hace el ejercicio de revisar lo que se enseña en muchas universidades de todo el mundo, y lo que producen muchos de sus profesores con recursos que si se dedicaran a enseñar lo que sí aportaría un beneficio intelectual a los estudiantes, y que repercutiría en beneficios de toda índole a la sociedad, no puede llegar a otra conclusión que en muchas universidades oficiales, en algunos casos carísimas, la situación deja mucho que desear ética y epistemológicamente.
Jordi Fernández
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Una vez más nos encontramos con ideas que no soportan el menor examen epistemológico y no es de otro modo respecto a la ética. La falta de rigor científico y ético se pretende enmascarar, hoy más que en otras épocas, con la moda del amor a la naturaleza y a los otros animales, circunstancia a la que no es ajeno el primatólogo y profesor de psicología en la Emory University de Atlanta, Frans de Waal, tal como se revela en su último libro ¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales? (Tusquets, 2016).
Para publicitar su libro, el diario El País ofreció a Frans de Waal dos páginas en las que este profesor universitario pudo explayarse sobre «Lo que aprendí haciendo cosquillas a los simios», pues así reza el título de su artículo promocional. ¿Qué aprendió Frans de Waal de aquella experiencia? Pues en verdad nada, absolutamente nada esencial a juzgar por lo que da a leer en ese libro y lo que afirma (y no dice) también en el artículo que acabo de mencionar.
Nuestras universidades se encuentran en la franja baja, en cuanto a calidad académica se refiere, de todo el mundo, mientras que la Emory University de Atlanta, de tener en cuenta lo que ofrece Frans de Waal, debería acompañarlas en ese rango.
Frans de Waal utiliza la historia de la etología a su antojo, o sea, hace prevalecer las similitudes entre los animales y la criatura humana, y en modo alguno le interesa lo fundamental, esto es, las diferencias. No hace falta un libro como el de este primatólogo para conocer las analogías entre las distintas especies del reino animal, pero otra cuestión, totalmente distinta y fundamental, es conocer las diferencias. Que un psicólogo, en esta ocasión el profesor Frans de Waal, no se refiera al lenguaje humano como factor diferenciador básico entre el sujeto humano y los otros animales, indica sus grandes limitaciones en el campo en el que pretende dar luz, y como psicólogo se permite terminar su artículo con una insufrible e ideológica moralina, «Tenemos un deber de humanidad hacia los animales porque son mucho más débiles que nosotros.»
José Miguel Pueyo
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