He aquí una prueba más de que los budistas gustan reforzar su narcisismo con lo imaginario. Más curioso si cabe es que algunos científicos dan pábulo a tan
escandaloso e inverosímil engaño, el cual, y esto quizá lo ignoren unos y otros, es de raigambre panteísta pitagórica.
Girona, 09/06/2016
El Matarratas del Onyar