Las descabelladas opiniones sobre el psicoanálisis presentadas en el dossier de Angelo Fasce,
Mitos y Pseudoterapias, elaborado para el Gepac
He aquí una breve continuación, propiciada por las opiniones vertidas sobre el psicoanálisis, que, por tal eventualidad, corresponden a nuestro comentario sobre las terapias alternativas para los enfermos de cáncer auspiciadas por Oncolliga Girona, tal como recoge la web de la ULP-Gi, («De los extravíos de Girona novaCultura Salut», 23 y 24 de setiembre de 2016, organizado por Oncolliga Girona). Cabe apuntar que sólo la Universidad Libre Popular de Girona denunció lo que desde el psicoanálisis constituían imaginarias propuestas clínicas, y que en la fecha indicada fueron propuestas por Girona nova Cultura Salut.
Queremos pensar que en esta ocasión las opiniones sobre el psicoanálisis recogidas en Mitos y Pseudoterapias no las comparte la señora Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes de Cáncer, Gepac. No obstante, todo indica que alguien de su entorno hubo de encomendar a Angelo Fasce, filósofo de la ciencia, máster en neurociencias Básicas y aplicadas y doctorando dentro del área de los criterios de demarcación científica, un dossier sobre la clínica psicoanalítica, quizá sin sospechar los graves errores y las absurdas conclusiones que en dicho dossier se recogen (1).
Por otro lado, suscribimos las palabras de la señora Barragán cuando dice que «Si seguimos metiendo en nuestros hospitales públicos estas terapias [angeloterapia, que se basa en la comunicación con ángeles para ofrecer una sanación; terapia biomagnética; bioneuroemoción; dianética; dieta alcalina; desensibilización por medio de movimientos oculares; flores de Bach; hidroterapia de colón; homeopatía; iriodología, homotoxicología, suplemento mineral milagroso; ozonoterapia; reflexología], cualquier día me espero entrar y ver velas y unos chamanes poniendo gotitas de algo. […] Estaba harta de ver cómo engañaban a las personas con cáncer. […] La vulnerabilidad de un paciente con cáncer te hace caer en cualquier cosa». Nada más cierto. Pero como acabamos de indicar, debemos analizar los errores sobre el psicoanálisis vertidos por el señor Angelo Fasce.
El dossier elaborado por Fasce no es sobre el psicoanálisis sino de lo que algunas personas han imaginado qué es la clínica psicoanalítica y qué descubre el psicoanálisis respecto a muy diferentes disciplinas, como puede ser la antropología, la lingüística, las artes escénicas, la política y/o la crítica de la cultura. Pero lo verdaderamente grave en este asunto es que un filósofo de la ciencia, un universitario, se permita presentar tamaño disparate a la opinión pública, y lo haga sin el menor pudor epistémico y ético. Basta leer la bibliografía consultada por este filósofo para reconocer que debe haber alguna razón personal, más allá de la dejadez intelectual, en la elaboración del dossier. Queremos pensar que la persona que escogió a Angelo Fasce actuó de buena fe, pero si bien podemos aceptar la disculpa, lo cierto es que el mal ya está hecho.
PSEUDOTERAPIA 19: PSICOANÁLISIS
Primer error: «¿Qué es el psicoanálisis? Es una aproximación filosófica al estudio de la mente humana que nunca se ha comportado como un programa de investigación científica.»
ULP-Gi: Contrariamente a tan desafortunada opinión, el psicoanálisis es antifilosofía por tener como fundamento el descubrimiento de las leyes que rigen en la otra escena que nos habita y determina todo lo que pensamos, hacemos y deseamos. En otros términos, el Otro, nombre lacaniano de lo inconsciente freudiano, caracteriza y define al sujeto humano, un sujeto diferente a los otros animales por la pulsión y el lenguaje, un sujeto que siempre había existido pero que no fue descubierto hasta Sigmund Freud, prueba de lo cual es que antes del primer psicoanalista la filosofía, las ciencias y todos los discursos religiosos reducían al sujeto humano al Yo consciente. Respecto a los programas de investigación, es conocido que después de muchos años de aprovechada ignorancia, hoy dan la razón a los descubrimientos del primer psicoanalista sobre la cultura, el arte, la religión y, por supuesto, respecto al sujeto-al-lenguaje que somos cada uno de nosotros, y que, como acabamos de señalar, Freud descubre adelantándose, y subvirtiendo al mismo tiempo, a los planteamientos de la lingüística, la antropología y las ciencias clínicas.
Segundo error: «En relación a su estatus pseudoterapéutico, conviene analizar tanto el modelo como la terapia que propone, el psicoanálisis parte de la base de que tenemos un consciente, un preconsciente y un inconsciente. A partir de ahí, postula que la identidad se divide en tres estratos diferentes: el yo, el ello y el superyó. El ello es plenamente inconsciente y consiste en una serie de ‘pulsiones’ y complejos innatos. El superyó sería la educación y el sistema moral, que reprime al ello, y el yo es el ello pasado por el filtro del superyó, que es la cara que enseñamos al mundo, incluidos a nosotros mismos.»
ULP-Gi: Congresos, ponencias, charlas, artículos, libros… y hoy, por «la idiosincrasia de un universitario» tenemos ante nosotros un dossier trivial y absurdo sobre el aparato psíquico descubierto por Freud. (Cero, claro está, en epistemología y aun en ética para Angelo Fasce). Que la cultura está en decadencia lo sabíamos, pero que fuese hasta ese extremo era difícil de imaginar.
Tercer error: «El psicoanálisis postula que el origen de la enfermedad mental es puramente emocional, y surge, ya sea como neurosis o histerias, de la represión a la que es sometido el ello. Así, el yo se niega a aceptar determinados hechos traumáticos y determinadas pulsiones, reprimiéndolos como mecanismo de defensa a través del superyó o disociándose, incluso en muchas personalidades.»
ULP-Gi: El disparate clínico es descomunal de quien habla de lo emocional obviando al ser del lenguaje y para la muerte que es el sujeto humano, un ente que enferma, ante todo, porque el lenguaje humano no es pleno, dada la falta en el Otro (inconsciente) en el que habita. ¿Y qué cabe decir de la ignorancia clínica de separar neurosis de histerias? No menor es la ignorancia respecto a la represión. Tanto es así que contrariamente a lo que afirma Fasce, la represión no es la causa de la enfermedad, sino que es por el fallo de la represión que aparecen las manifestaciones sintomáticas. En realidad, el despropósito clínico, epistemológico y ético del encargado del dossier es de tal magnitud que daría para hacer un libro con el título «La impostura intelectual y la desfachatez ética de un filósofo de la ciencia.»
Cuarto error: «La terapia psicoanalítica pretende ser una indagación profunda en el ello inconsciente para desentrañar el origen del trastorno mental. De este modo, tras un proceso de catarsis, transferencia y asociación libre continuada –que se puede complementar con hipnosis, análisis de sueños e incluso con pentotal sódico–, se conseguiría la curación. La terapia psicoanalítica clásica es de larga duración sobrepasando en ocasiones la década. Actualmente se ha desarrollado una forma más corta y menos profunda, llamada ‘terapia psicodinámica’, que combina algunos principios psicoanalíticos con técnicas que no eran empleadas por la corriente clásica. Aunque la base de la terapia es la misma.»
ULP-Gi: Sólo a la persona más desorientada sobre qué es el psicoanálisis se le puede ocurrir afirmar que el psicoanálisis «se puede complementar con hipnosis, análisis de sueños e incluso con pentotal sódico». No contento todavía con ese bochornoso espectáculo intelectual, o quizá gozando del mismo, Fasce insiste una y otra vez en sus ideológicas y disparatadas aseveraciones. ¿Quién sino el que lo ignora todo del psicoanálisis puede sostener que el tiempo de la cura psicoanalítica, también de la sesión, es corto o largo? La duración depende del caso, que siempre es particular (clínica del caso por caso) y, por otra parte, Fasce desconoce también que el psicoanálisis nada tiene que ver con las terapias dinámicas. Así es también respecto de las psicoterapias llamadas alternativas por estar basadas en la persuasión y por ser ajenas a la ética del bien-decir-del-síntoma, una ética que subvierte la tradicional e ideológica ética de los ideales de la filosofía moral y de la religión.
Quinto error: «El psicoanálisis fue creado por Sigmund Freud a principios del siglo XX sobre la base del método hipnótico de Charcot y del método catártico de Breuer. Freud desarrolló toda la teoría psicoanalítica bajo el más absoluto dogmatismo, sobre la base de sus experiencias e interpretaciones personales, y negándose en todo momento a someter sus ideas a la contrastación empírica. Esta actitud también ha sido sostenida por sus seguidores y por las múltiples escuelas de psicoanálisis que tenemos en la actualidad, todas ellas encabezadas por diversos autores que decidieron modificar ligeramente los principios de Freud movidos por disputas internas y nunca por evidencia científica.»
ULP-Gi: Contrariamente a lo que afirma Fasce, el psicoanálisis nace al abandonar la hipnosis, la electroterapia, los consejos, el adoctrinamiento, la sacra o laica confesión, así como los invalidantes tratamientos de la psiquiatría. Freud advirtió, y fue el primero en hacerlo, que esos tratamientos eran rápidos pero sus resultados breves en el tiempo, y que, además del obsceno aprovechamiento de la buena fe del paciente (aprovechamiento de la transferencia), impedían conocer las causas de las afecciones psíquicas. Es obvio, por otro lado, que hubo y hay disputas clínicas y sobre la cultura en psicoanálisis, pero a nadie se le ocurre censurar la disputa y menos aún abolir a su agente, a diferencia de lo que acontece en otras disciplinas e instituciones.
Sexto error: «¿Funciona realmente el psicoanálisis? Como modelo del funcionamiento de la mente ha sido ampliamente refutado en multitud de ocasiones. La teoría contiene carencias lógicas que hacen que algunos de sus postulados sean imposibles de falsar –si tienes el complejo de Edipo entonces presentarás los síntomas, pero si no los presentas también lo tienes, pero lo estás reprimiendo. También ha sido ampliamente refutado por la investigación científica, especialmente por la neurociencia y la psicología. Sabemos que la neurosis y la histeria son trastornos que ya no se consideran válidos, que la disociación psicoanalítica no existe tampoco como trastorno, que el complejo de Edipo es evolutivamente inviable, que los recuerdos reprimidos tampoco existen, que el desarrollo sexual de los niños que proponen no se sustenta ante la evidencia, y así un largo etcétera.»
ULP-Gi: Karl Popper (Viena, 1902 – Londres 1994) fue uno de los epistemólogos, al lado del argentino Mario Bunge (Florida Oeste, 1919), que no pudieron siquiera advertir que Freud había descubierto el verdadero sujeto humano. Tanto es así que Freud descubre en el ser humano un sujeto escindido, a diferencia de los otros animales, entre lo consciente y lo inconsciente, un sujeto también presa del lenguaje en falta (menos un significante, de ahí que se defina como lo Real de lo Simbólico) y de la falta del objeto del goce, falta que está en la causa del deseo (el objeto petit a descubierto por Jacques Lacan), ya que se desea porque falta algo. Aquellos epistemólogos no tuvieron mejor idea que afirmar que el psicoanálisis no era falsable, en una comparación obsoleta del psicoanálisis con las ciencias naturales. Es evidente que Angelo Fasce desconoce al premio Nobel de medicina Eric Kandel (Viena, 1929) y todos los neuropsiquiatras de la corriente clínica del neuropsicoanálisis y a cuantas personas demuestran la genialidad de Freud y la veracidad de sus descubrimientos. ¿Y qué puede decir la psicología del psicoanálisis cuando la psicología reduce al sujeto a menos de la mitad, y no la más importante, como es el Yo–conciencia?
Séptimo error: «El psicoanálisis nunca ha demostrado eficacia real para ningún trastorno en absolutamente ningún protocolo experimental serio, más allá de evidencia contradictoria o espuria. De hecho, se ha mostrado como contraproducente en muchos casos dado que se trata de una de las formas de pseudopsicoterapia con más peligros de sugestión inducida por el psicoanalista y generación de falsos recuerdos. También es peligroso debido a la evasión del tratamiento, habiendo casos documentados incluso desde Freud. En el caso de la terapia psicodinámica, sólo alcanza un nivel ligeramente por encima del placebo para algunos trastornos como la depresión. Aunque hay que tener en cuenta que en todos estos casos establecer la barrera del placebo es especialmente complejo y muchas otras psicoterapias de dudosa eficacia están a la par con la psicodinámica –siendo la cognitiva conductual aquella que consigue mejores resultados en prácticamente todos los trastornos. Conclusión, existe una lamentable tendencia social de confundir al psicoanálisis con la psicología, o a considerar que es una rama válida de la psicología contemporánea. Ello no es verdad en absoluto. El psicoanálisis es una visión puramente filosófica, totalmente ajena a la ciencia, que actualmente es rechazada por la comunidad científica. Como terapia nunca ha sido validada, con lo cual constituye claramente una pseudoterapia.»
ULP-Gi: La desorientación clínica sigue siendo portentosa en quien afirma que «la neurosis y la histeria son trastornos que ya no se consideran válidos». Lo que habría que señalar, de conocer lo mínimo exigible del campo clínico, es que las neurosis existen hoy tanto como ayer, que existen como afecciones del deseo, y que, en nuestros días, quizá más que en ningún otro tiempo, la histeria asume y aun eleva a la segunda potencia los síntomas de la época que le toca vivir. Anorexia, bulimia, fibromialgia, cansancio crónico, ciertas adiciones, son algunas de las formas de la histeria de hoy. Todo indica que las estructuras clínicas de las neurosis, perversiones y psicosis son desconocidas para alguno de los autores que cita Angelo Fasce, y para él mismo. Por otro lado, Levi-Strauss (1908-2009), y con él otros antropólogos, así como críticos de la cultura y sociólogos como Gilles Deleuze (1925-1995), Jacques Derrida (1930-2004), Gilles Lipovetsky (1944), Zygmunt Baumann (1925-2017), Alain Badiou (1937) o Slavoj Žižek (1949), entre otros, no le merecen ninguna consideración a Angelo Fasce. En cuanto al complejo de Edipo, eje estructural de cuanto hace, piensa y desea el sujeto humano, y en cuyo centro se encuentra la normativizante pulsional denominada Función-del-Padre, no sólo es despreciada por ser ingenuamente entendida. Tanto es así que Fasce contempla el complejo de Edipo como el mero deseo de acostarse con el progenitor, cuando es, como sabe la persona más desinteresada por el psicoanálisis, un lazo narcisista con el otro de cuya ruptura depende la salud psíquica y el modo de ser en el mundo de todos y cada uno de nosotros. Por lo que hace al desarrollo psicosexual, cabe señalar que apenas ha cambiado desde la época de las etapas psicosexuales descubiertas y formuladas por Freud, hecho que no presupone que los psicoanalistas seamos ajenos a los cambios que han acontecido desde aquella fecha, cambios, cabe indicar, que son de orden fenomenológico y no tanto estructurales. Por otro lado, ¿qué protocolo vendría a validar la idoneidad del tratamiento psicoanalítico cuando sabemos de la existencia de personas que dicen estar bien cuando no lo están, mientras que otros exageran sus dolencias como lo puede hacer un hipocondriaco, y que menos aún la neurología puede servir de guía en este asunto, sobre manera por su loa a los neurotransmisores! Y en cuanto a la psicología, qué cabe decir cuando ha hecho del Yo-conciencia y de la conducta sus referencias epistemológicas, y del consejo directo o indirecto, por ejemplo, su arma terapéutica. En cuanto a las «terapias psicodinámicas», huelga decir que en ellas puede ocurrir de todo, habitualmente nada bueno.
El psicoanálisis no se confunde con lo psicodinámico, como hemos intentado demostrar, menos aún con la filosofía práctica, la espiritualidad, el misticismo y con todo discurso religioso. Una persona puede refugiarse en la enfermedad contra la vida, por antojársele no santa en virtud de una culpabilidad inconsciente o por cualquier otro motivo. Puede ser así también en el cáncer. En todos los casos, más si se conoce la existencia de la pulsión de muerte, hay que convocar la verdad contra el refugio en la enfermedad, pues del mismo modo que la pulsión de muerte se opone al deseo, que es la vida, invalida la creatividad y oblitera la ética que es dable esperar del sujeto humano.
Notas:
(1) El libro-dossier que GEPAC presentó en el undécimo Congreso Nacional de Pacientes con Cáncer, que tuvo lugar entre el 25 y el 27 de noviembre, está avalado por Universidad Rey Juan Carlos, institución impulsada por el Partido Popular, Universidad cuyo rector, desde mediados de 2013 hasta el 15 de febrero de 2017, y Vicerrector de ordenación académica y profesorado, titulaciones, coordinación y campus de la Universidad Rey Juan Carlos desde el 2 de febrero de 2006 hasta el 12 junio de 2013, el Licenciado en Geografía e Historia y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y doctor en Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos, además de Catedrático de Historia del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, D. Fernando Suárez, ha plagiado a una veintena de autores, entre los que se encuentran una alumna de la Universidad Complutense de Madrid, el presidente de la Real Academia de la Historia, el cónsul de Portugal y un honoris causa de la Universidad de Harvard, en 12 publicaciones.
D. Fernando Suárez, todavía hoy, lunes 20 de febrero, aparece en la web de la Universidad Rey Juan Carlos como máxima autoridad académica y, por tanto, ostenta su representación, ejerce la dirección, gobierno y gestión de la Universidad, preside el claustro universitario y, con excepción del Consejo Social, los demás órganos colegiados de la Universidad cuya presidencia le corresponda de conformidad con los presentes Estatutos. Es el encargado de ejecutar sus acuerdos, según el Artículo 76. Estatutos de la Universidad, quizá porque el Partido Popular se opuso en todo momento a que compareciese para dar cuenta de sus imputaciones en la Asamblea de Madrid, como pidió el grupo de Podemos, apoyado por el PSOE y Ciudadanos, ni tampoco el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, tomara cartas en el asunto, primero por desconocimiento del caso, y posteriormente por no tener, según el ministro de Educación, competencias en la URJC, un personaje, en fin, de quien nada bueno cabía esperar en 2010, cuando dijo a Antonio Alonso, jefe del departamento de Estadística de la URCJ: «Primero tienen una conciencia sobre el derecho que desde luego yo no comparto, claro, porque el derecho es una mierda y los jueces ni te cuento y puede pasar de todo, incluso lo que tú esperas.»
Girona, 20 de febrero de 2017
José Miguel Pueyo y Jordi Fernàndez
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